En Real Decreto-ley aprobado en mayo busca implementar medidas de prevención de riesgos laborales ante olas de calor y obliga a las empresas a parar la actividad si no pueden garantizar la protección del trabajador ante las altas temperaturas.
En días en los que se superan los 40 grados, trabajar con calor puede ser una actividad peligrosa para quienes lo hacen al aire libre y, en ocasiones, a pleno sol. Es en esta circunstancia en la que la sensación térmica aumenta e incrementa los síntomas de cansancio y fatiga de los trabajadores, así como los riesgos laborales implícitos a la función desarrollada.
En base a un nuevo decreto ley aprobado por el Gobierno en mayo, las empresas tienen la obligación de garantizar la debida protección del trabajador en aquellas horas donde se produzcan fenómenos meteorológicos adversos, como los episodios de temperaturas máximas. Aumentar las pausas para la hidratación es una de las medidas más frecuentes entre quienes realizan trabajos en exteriores.
¿Existe el derecho a abandonar el puesto de trabajo por calor?
El artículo 4.2 del Estatuto de los Trabajadores garantiza a este colectivo su integridad física y una adecuada política de prevención de riesgos laborales. En consonancia, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales exige un adecuado nivel de protección de la salud laboral frente a estos riesgos. Por su parte, el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, regula las condiciones termohigrométricas (temperatura, humedad y ventilación) del entorno laboral, prohibiendo que las condiciones ambientales supongan un riesgo: “en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores”.
La ley de prevención de riesgos laborales también reconoce el derecho de las personas trabajadoras “a interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo” cuando considere que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para su vida o su salud.
Los expertos consultados destacan que, en algunas circunstancias, «el empleado tiene derecho a interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo si considera que la actividad entraña un riesgo grave e inminente para su vida y su salud”. Otros catedráticos detallan que “los tribunales acogen este derecho de resistencia de manera limitada, siendo el concepto grave e inminente altamente indeterminado e interpretable, y por ello optan por que el trabajador cumpla y luego reclame”.
Ola de calor, un asesino silencioso que mata a más de 60.000 personas cada año
Las víctimas del calor se suman a otras muchas: solamente en el verano de 2022, el calor extremo acabó con la vida de más de 61.000 personas en Europa, según expertos en salud pública que usaron modelos epidemiológicos para calcular cuántas muertes se podían atribuir a la temperatura.
La tasa de mortalidad fue más alta en Italia, Grecia, España y Portugal, lo que muestra la alta vulnerabilidad del área mediterránea ante el calor.
El cambio climático también limitará las horas de trabajo: las horas centrales del día quedarán inutilizadas, se perderán 1,4 billones de euros al año y la productividad caerá en ciudades como Sevilla o Madrid, según un estudio publicado en Nature. Por ejemplo, este mes Grecia prohibió que trabajadores de la construcción y repartidores trabajen en las horas más calurosas del día.
El climatólogo Luke Parksons, que trabaja en la Universidad de Duke en Carolina del Norte, explica a Euronews los efectos que tendrá la subida de un grado en el calentamiento global, y apunta que estamos a punto de superar el umbral de seguridad para los trabajadores en el sur de Europa o el sureste de Estados Unidos.
Los lugares del mundo donde los trabajadores corren más riesgo por el calor son América del Sur tropical, África subsahariana, el suroeste de Asia —especialmente Pakistán y el norte de India—, Bangladesh, Camboya, el sudeste de Asia y el este de China, que se extiende hasta Indonesia y el norte de Australia. Los trabajos pesados son imposibles en la parte más cálida.
Cualquier trabajo de este tipo no debería realizarse por encima de los 32 o 33 grados centígrados. .
En la mayor parte de Europa, en promedio, solo alrededor del 5% de las horas en los últimos 20 años han estado por encima de los 26,5 °C. No obstante, en Andalucía, el sur y este de España, Italia y partes del este del Mediterráneo hay días calurosos más frecuentes. Sin embargo, si se agrega un grado de temperatura, es especialmente peligroso.
De hecho, las organizaciones sindicales estamos abordando este tema: queremos que el estrés por calor se integre en los convenios colectivos, para salvaguardas las vidas de las personas trabajadoras.