Somos una organización de personas que tratan de cambiar una sociedad que no les gusta por desigual, injusta, autoritaria y, en las más de las veces, irracional.
Para ello trabajamos en muy diversos campos de lo cotidiano, desde lo sindical a todo lo que tenga que ver con lo social, luchando por reparar a cada instante las injusticias que nos rodean. Somos conscientes de la dificultad de un cambio radical del estado de las cosas, pero nos aprestamos a ello en la confianza de que esa lucha mejora en lo inmediato nuestras condiciones de vida y forma a cuantos participan en ella en un espíritu diferente, rebelde y transformador de cuanto sufrimos y de cuanto no creemos justo.
Para ello trabajamos en muy diversos campos de lo cotidiano, desde lo sindical a todo lo que tenga que ver con lo social, luchando por reparar a cada instante las injusticias que nos rodean. Somos conscientes de la dificultad de un cambio radical del estado de las cosas, pero nos aprestamos a ello en la confianza de que esa lucha mejora en lo inmediato nuestras condiciones de vida y forma a cuantos participan en ella en un espíritu diferente, rebelde y transformador de cuanto sufrimos y de cuanto no creemos justo.
Nuestro elemento diferenciador es la autonomía.
La autonomía no es otra cosa que pensar y actuar conforme al criterio de que sólo actuando conjuntamente y con independencia absoluta, las y los trabajadores y quienes sienten que se les explota, podremos lograr algo. Se decía que la emancipación de los y las trabajadoras sería obra suya o que, de lo contrario, no sería.
Estamos por tanto al margen de partidos, poderes y doctrinas distintas de las que nos hemos dotado. Cuanto hacemos responde a la suma de espíritus particulares de cada persona, y no a mandatos, imperativos o estrategias ajenas.
¿CÓMO NOS ORGANIZAMOS?
La organización de abajo hacia arriba, el federalismo, es lo que nos caracteriza. Según esto, en el terreno sindical diversos niveles actúan con total autonomía y se coordinan entre sí para ser más eficaces. La afiliada o afiliado se organiza primero en su sindicato, que constituye el núcleo básico y soberano de la organización. Dentro del sindicato se forman las secciones sindicales que agrupan a la afiliación de una empresa o sector.
Los sindicatos de la misma localidad constituyen la Federación de ese lugar. Las Federaciones locales de cada territorio forman las Confederaciones Territoriales (Andalucía, Castilla y León, etc). Las Confederaciones Territoriales y las Federaciones de Rama de los distintos sindicatos (Transportes y Comunicaciones, Sanidad, Enseñanza, Administración Pública…) junto con el Secretariado Permanente conforman el Comité de CGT, máximo órgano de gestión entre Congresos. Como ves, es una organización que desde el núcleo original del sindicato se estructura en dos niveles: territorial y profesional.
¿CUÁL ES EL ESCENARIO DE LA LUCHA POR CAMBIAR LAS COSAS?
En realidad lo es todo. Allí donde hay una injusticia hay que intervenir. Y se señala esto porque, como gustamos de decir aquí, «somos más que un sindicato». La CGT somos una organización que actúa en el mundo del trabajo, pero ni todos los problemas están sólo en ese mundo, ni sólo la trabajadora o trabajador clásico -si eso existe ya- tiene un sitio entre nosotras. Sindicalistas, feministas, antiautoritarias, antirracistas, antifascistas, opositoras del sexismo, ecologistas… cada cual en su papel, sin «especializaciones revolucionarias», conscientes de que la labor transformadora está en todas partes.
Las características de nuestra actuación en la práctica se basan en conceptos sencillos:
- PARTICIPACIÓN en todo lo que nos afecta, tanto en las decisiones (Asambleas) como en las responsabilidades de coordinación (relevos)
- ÉTICA en la gestión de los medios que se consiguen (horas, liberaciones, dineros…)
- TRANSPARENCIA en todas las negociaciones, en las cuentas, en las informaciones a las que tenemos acceso
- SOLIDARIDAD (Apoyo Mutuo). Es nuestra fuerza. Lo que le hacen a un@ de nosotr@s nos lo hacen a tod@s
- ACTITUD MOVILIZADORA (Acción Directa), porque a la clase trabajadora nunca le han regalado nada. Todos los avances conseguidos han sido fruto de la presión colectiva.
Con estas pocas líneas no se pretendía -ni se consigue- sino un primer acercamiento a la CGT. Las definiciones suelen servir de bien poco, y por eso no nos alargamos más. Por encima de lo que digamos de nosotros y nosotras mismas, somos lo que somos, lo que viene a decir que la CGT no es más que la suma de éste, de aquélla, del otro… y de ti misma, si te animas.
EL TIEMPO QUE VIVIMOS (EPÍLOGO)
Vivimos una sociedad cada vez más rica y cada día con un mayor número de personas empobrecidas.
Cada día hay más posibilidades reales de mejorar la vida de la mayoría, pero en realidad, cada día es más amenazante con nuestras condiciones de vida. Se ha impuesto un discurso -ese que llamamos neoliberal- que establece la productividad y la ganancia como únicas razones, despreciando las conquistas sociales o la necesidad de proporcionar unos mínimos vitales para la gente. La fría lógica económica se ha comido lo social. Ahí tenemos la política de privatización y subcontratación de empresas y servicios públicos, los recortes sucesivos a las prestaciones por desempleo, la disminución y privatización del sistema de pensiones o el retroceso y depreciación de la sanidad o la escuela pública.
Por desgracia, el sindicalismo no es ajeno a todo ello. Las reformas laborales o el acuerdo para la modificación del sistema de pensiones dejan bien a las claras cómo nuestro sindicalismo oficial, el de CCOO y UGT, está dispuesto a aceptar todo lo que le pongan delante y a tener por único horizonte gestionar las migajas que le deja Don Dinero. Nada de movilizar a las y los trabajadores, nada de hacer valer su fuerza social. Y si acaso se les moviliza, resultan ser unos fuegos artificiales para justificarse y aquí paz y después… congelación salarial.
Desde luego que hay otra manera de hacer las cosas, y a ella te invitamos a sumarte. Hay que hacerse valer, demostrar la fuerza que tenemos. Hay que responder a la política neoliberal que nos domina. Pero hay que hacerlo no en los discursos ni en las fotos, sino en la movilización de fuerzas que nos disponga en mejores condiciones ante la negociación. Hay que recuperar la solidaridad social, esa voz que siempre nos ha dicho que tenemos que ver en todos aquellos asuntos donde se litiga el bienestar de la mayoría. Que no hay pleitos propios y ajenos, que lo mío no acaba en las cuatro paredes de mi empresa. Que la lucha de allí es mi lucha, que las pensiones son también de la juventud, que la lucha contra el paro o la precariedad lo es también de la gente que tiene un trabajo más o menos estable.
En esas estamos y a esas te invitamos. CGT no te propone la comodidad de tener la vida arreglada a cambio de una cuota y un carnet. Nuestra oferta se limita a presentarte un espacio sindical y social desde el que defender tus derechos en compañía y apoyo de otros y otras como tú. Nada más que eso. Y todo eso.