La noticia del anuncio realizado por Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, sobre la activación en abril del nuevo mecanismo de jubilación anticipada para profesiones peligrosas, ha generado reacciones negativas en el sector del transporte de mercancías y viajeros por carretera.
Aunque el avance se presenta como un ¿paso adelante? en el reconocimiento de los riesgos inherentes a estas profesiones, la tardanza y las condiciones del proceso han levantado ampollas entre los trabajadores y sindicatos.
El sector del transporte por carretera, uno de los pilares fundamentales de la economía, lleva años reclamando una jubilación anticipada que reconozca el desgaste físico y mental que implica la profesión.
Los conductores de mercancías y de pasajeros enfrentan largas jornadas, exposición a riesgos en carretera y condiciones laborales que afectan su salud y calidad de vida. Sin embargo, la implementación del sistema de coeficientes reductores sigue siendo una promesa incumplida.
En octubre pasado, la huelga convocada por los trabajadores del sector fue desconvocada tras el compromiso del Ministerio de que el sistema de solicitud coeficientes reductores estaría en funcionamiento en febrero de 2025. Ahora, a pocos días de abril, el sector sigue esperando, con la incertidumbre y la frustración en aumento. La falta de celeridad y claridad por parte de las autoridades es percibida como una falta de respeto hacia los trabajadores que sostienen la movilidad del país.
Debemos recordar que la Seguridad Social se ha negado durante años de forma incomprensible a aplicar el RD 1698/2011, y que ante la victoria de CGT en los tribunales para forzar ese cumplimiento, el gobierno pretende cambiar la ley para hacer aún más dificil esta reivindicación.
Porque debemos saber que lo único que está retrasando el Gobierno es cómo presentar la solicitud, no que ésta se conceda. Debido a esto, nos tememos lo peor para el sector.
La división sectorial agrava la problemática
Otro problema que ha salido a la luz en este proceso es la división entre el transporte de mercancías y el transporte de viajeros, una separación que ha debilitado la capacidad de presión del sector en su conjunto. Esta fragmentación, promovida tanto por UGT como por CCOO, ha llevado a situaciones como la desconvocatoria de la huelga por parte de mercancías, dejando a los conductores de viajeros aislados en sus reivindicaciones. La consecuencia: ambos colectivos se vieron obligados a renunciar a la protesta sin haber conseguido el objetivo principal.
El sector, al borde de la rebelión
El sector del transporte por carretera está al borde de la rebelión ante la pasividad del Ministerio y la falta de avances tangibles en los coeficientes reductores. La huelga fue desconvocada bajo la promesa de una solución que debía estar vigente en febrero, y ya vamos camino de abril sin resultados claros.
Además, ha quedado demostrado que la división del sector entre mercancías y viajeros solo ha debilitado la lucha sindical. Es hora de que las organizaciones y las autoridades entiendan que los problemas del transporte son compartidos y exigen una respuesta unificada y contundente. La paciencia del sector se agota, y si no se actúa con urgencia, las movilizaciones de todo tipo serán inevitables.