La patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT han llegado a un pacto de subida salarial que contempla un 4 % de subida para 2023 y un 3 % para cada uno de los próximos dos años. El documento del V AENC parte de una extensa introducción que pretende ensalzar el modelo de Diálogo Social en nuestro país, junto a los acuerdos pasados suscritos,Subida salarial con pérdida adquisitiva.
Fue lo primero que trascendió sobre el acuerdo y, en realidad, poco de lo realmente novedoso del texto. Que dice algo tan sorprendente como que se respete lo pactado en convenio y otras cuestiones que parecen escritas únicamente con el afán de engordar el documento. Porque la realidad es que se asume la pérdida de poder adquisitivo del 5,3 % de 2022 y se acuerda un 4 % para 2023. Según las previsiones económicas y la inflación estructural, también esta recomendación de subida implicará otra pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores. Además, añade que han fijado, para los dos próximos años, una subida anual del 3 %.
Pero es cuando nos metemos en los números donde vemos lo que supone este nuevo acuerdo. En primer lugar, es un acuerdo sin retroactividad. Esto tiene dos consecuencias, la primera de ellas es que este acuerdo no pinta nada para el año que acaba de quedar atrás. Un año, el 2022, donde los salarios subieron de media un 2,78%, es decir, ¡tres veces menos! que lo que subió el IPC. Y es que si bien se cerró el año con una inflación del 5,8%, que ya hubiera supuesto una pérdida de poder adquisitivo considerable, la media anual acabó en un 8,4%. Es decir, el año pasado ya podemos hablar de una pérdida del 5,6%.
A quién le subirán el sueldo
El salario le debería subir este mismo año al trabajador cuyo sector o empresa renueve su convenio colectivo a partir de este 10 de mayo. El incremento se hará efectivo en el momento en que su nuevo convenio lo determine, ya sea de manera retroactiva para cobrar subidas correspondientes desde enero de 2023, o a partir del mes que entre en vigor. El AENC no aclara nada a este respecto, corresponderá a la dirección de la compañía y a su comité de empresa (los sindicatos) fijar esos detalles. En el caso del convenio colectivo sectorial, estas subidas deberán aplicarse a las tablas salariales, lo que implica que cualquier nuevo trabajador pueda beneficiarse también de ese incremento. En el caso de un convenio de empresa, el acuerdo entre CEOE, CEPYME, CC. OO. y UGT no especifica nada.
¿Cómo subirá el sueldo?
Para el convenio colectivo pendiente de renovar, las subidas que deberían aplicarse son del 4% para este año 2023, del 3% para 2024 y de otro 3% para 2025. En el caso de un convenio vigente, estas subidas recomendadas por el nuevo AENC no se aplicarán al menos hasta que tenga que volver a renovarse. En un ejemplo: si un trabajador tiene un convenio colectivo vigente en 2023 y 2024, las dos primeras subidas no se harán efectivas de ninguna manera. Tan solo debería aplicar la subida del 3% para 2025, en la nueva firma, como determina el mandato que patronal y sindicatos han mandado a las partes.
Cláusula para subir más el salario, o para no poder subirlo
Sindicatos Mayoritarios y empresarios se han cuidado de que este acuerdo no sea un documento cerrado y que valore en todo momento el escenario de incertidumbre que estamos viviendo. Por un lado los CCOO y UGT han introducido su cláusula de revisión salarial, que contempla una subida de hasta un punto porcentual más en el caso de que la inflación sea superior. Es decir, si en diciembre el dato del IPC interanual supera el 4%, los salarios deberían subir las mismas décimas que haya de diferencia hasta llegar al techo del 5%. Pasaría lo mismo en los dos años siguientes si en diciembre de 2024 y de 2025 los precios sobrepasan el 3%.
Por otro lado los empresarios, han introducido otra cláusula para evitar las subidas salariales en algunas empresas. En concreto el texto dice que la aplicación «podrá adaptarse en cada sector o empresa, con situaciones muy desiguales de crecimiento, resultados o incidencia del incremento del SMI, teniendo como objetivo el mantenimiento y la creación de empleo».
Todo esto significa que si la empresa no funciona, sus resultados se consideran malos, se quieren crear muchos puestos de trabajo o hay grandes incrementos de gasto como pueden ser la subida salarial de un número considerable de empleados que cobren el salario mínimo, la empresa podría intentar congelar la subida de salarios. Gerardo Cuerva, presidente de CEPYME, ha justificado este apartado alegando que «la recuperación de las empresas es muy heterogénea».
La segunda consecuencia de esta «no retroactividad» esto quiere decir que si la inflación anual (pongamos la del 2023) finaliza en una media del 5,5%, este acuerdo mantiene el 4% y permite subir un 1% para el siguiente año (2024). Es decir, se cerraría 2023 con un nuevo golpe a los bolsillos de la clase trabajadora.
Se podría pensar que estos escenarios son hipótesis alejadas de las tendencias económicas, que solo buscan las tres patas al gato, pero nada más alejado de la realidad. Con el primer trimestre de este 2023 cerrado, las proyecciones de diferentes entidades bancarias y crediticias, apuntan a una inflación del 4,6% este año. La OCDE por su parte la rebaja hasta el 4,2%.
No parece haber mucha variación si nos anticipamos al año siguiente, 2024, siendo que la misma OCDE proyecta un IPC del 4%. Es decir, según el acuerdo alcanzado, en 2023 se perdería un 0,6% de poder adquisitivo y en 2024 no se recuperaría absolutamente nada.
No obstante, este acuerdo salarial sirve de guía a empresarios y sindicatos, pero no es de obligado cumplimiento, por lo que no garantizaría una subida de sueldo para todos los trabajadores a los que ampara.
Este acuerdo, sumado a las nulas mejoras que la última reforma laboral ha supuesto para la mayoría trabajadora, hace que la situación laboral y social empeore de forma continuada y sistemática, sin que el Gobierno, ni quienes se hacen llamar representantes de los trabajadores, pongan soluciones reales a una realidad cada vez más crítica.
Frente a esto, desde la CGT hacemos un llamamiento al conjunto de la clase trabajadora y al sindicalismo combativo, para tomar las calles de una manera contundente, denunciando este nuevo atropello a los derechos de las personas trabajadoras y exigiendo medidas urgentes que hagan que llegar a fin de mes no sea una agonía para millones de familias.