En septiembre del año pasado se conoció la primera gran multa a una empresa de reparto por tener de forma irregular a los repartidores. Dos inspecciones en Valencia y Barcelona determinaron que la empresa tenía un total de 10.614 trabajadores (8.331 en Barcelona y 2.283 en Valencia) que estaban bajo la figura de falso autónomo y no habían sido regulados tras aprobarse la Ley Ryder y la sentencia del Tribunal Supremo.
Desde CGT Riders «ya hemos expresado que la Ley Rider no aporta nada nuevo porque tan solo es una presunción de laboralidad con inversión de la carga de la prueba. Respecto al nuevo modelo de falsos autónomos que Glovo aplica tras la entrada en vigor de la Ley Rider todavía no ha sido sancionado. La razón de esto último viene dado porque Inspección de Trabajo prefirió cerrar antes la investigación del antiguo modelo». Y añaden ademas «valoramos positivamente que Glovo haya sido sancionada. No hay que permitir que ninguna empresa vulnere los derechos laborales de sus trabajadores ni tampoco fomente la competencia desleal con las demás empresas que si cumplen con la normativa».
Los riders organizados en el sindicato libertario CGT manifestaron no estar conformes por las siguientes razones:
-La multa tan solo representa un 10 % de los ingresos que obtuvo Glovo en el año 2021 (591 millones). De manera que la empresa ya habría contado con ello al tratarse de una investigación prolongada en el tiempo. Además, Glovo ya ha anunciado que recurrirá a la resolución de Inspección de Trabajo, por lo que se alargará la aplicación de su sanción. Al final parece ser que a la compañía le sale más rentable incumplir con el Estatuto de los Trabajadores, pero costearse después unas sanciones que ya saben que tendrán que pagar a largo plazo. Así no se soluciona la problemática y, por ello, sería factible que el gobierno optase por la vía penal, como ya ha sido utilizada en el Estado francés para la empresa Deliveroo. Se debe de ser más contundente porque si no seguiremos anclados en una eterna judicialización en nuestro sector.
-No se ha abordado la situación de las personas migrantes sin papeles que trabajaron en algún momento en Glovo a través de cuentas alquiladas. Se tiene que reconocer sus cotizaciones y que se les concedan permisos de trabajo tal y como se contempla en la legislación española.
La Ley Rider: Dos años después de la aprobación de la norma critican la precariedad en el sector y que se den prácticas “abusivas”.
Los repartidores de comida a domicilio bajo plataformas web como Glovo, Uber Eats o Just Eat. Critican que dos años después de haber aprobado la Ley Rider por el Ministerio de Trabajo, siga habiendo falsos autónomos, condiciones laborales precarias e incluso represalias a los trabajadores que protestan. Desde que empezó el verano ha habido huelgas en Barcelona, Algeciras, Cádiz y Palma de Mallorca.
El nuevo modelo de trabajadores desde la entrada en vigor de la Ley Rider establece una forma de registro libre en la plataforma y una serie de multiplicadores. Esto permite que haya más repartidores conectados que pedidos en curso, “lo que origina largas esperas y repartidores sin trabajar”, apuntan desde CGT Riders.
Glovo cuenta con 15.000 repartidores —todos ellos autónomos—, Just Eat a 2.000, teniendo a algunos con contrato indefinidos y con otros de los restaurantes y Uber Eats no ha dado datos. “La gran mayoría son trabajadores operando como falsos autónomos”, asegura Núria Soto, de la plataforma Riders x Derechos. Para ella, uno de los mayores problemas de esta figura es que “se individualizan las responsabilidades, como las bajas médicas, que corren a cargo de los trabajadores”.
Los riders instan al Ministerio de Trabajo a realizar más inspecciones. Antes de la Ley Rider, destaparon 18.000 falsos autónomos en las aplicaciones de reparto a domicilio y sancionaron a las empresas.
En agosto de 2021 entró en vigor la ley Rider, que pretendía mejorar las condiciones de los empleados de reparto a domicilio. Uno de los aspectos más destacados de la ley es la obligación de dar de alta a los trabajadores como asalariados para evitar que trabajaran como falsos autónomos, una práctica muy extendida entre este tipo de compañías.
Desde la CGT, definen al modelo de Glovo como “de falsa autonomía”. Las demandas de los riders van hacia un aumento del precio por pedido, el aumento del pago por quilómetro y un plus en los momentos de alta demanda.
Trabajo irregular de personas migrantes.
La Inspección de Trabajo y los sindicatos han puesto la mira en otro de los problemas asociados a la precariedad de este sector: las personas migrantes que trabajan sin el correspondiente permiso de trabajo y, en muchas ocasiones, con cuentas subalquiladas a cambio de una comisión de su trabajo a otras personas que sí que están dados de alta. Inspección de trabajo ha encontrado 813 personas en esta situación y ha impuesto por ello una sanción a Glovo de 5,2 millones de euros.
En Barcelona han estado de huelga del 14 al 17 de julio. Cuadró en fin de semana y fue organizada, sobre todo, por colectivos de repartidores migrantes. Para Septiembre el Sindicato de Transportes de CGT en Valencia, preparara una campaña informativa.
LAS PETICIONES DE LOS ‘RIDERS’
Entre las peticiones que los trabajadores habían formulado a la empresa se encuentra una tarifa base de dos euros, 0,5 euros por kilómetro. En los trayectos de hasta 4 kilómetros, 0,6 céntimos; un bono mínimo de 1,6 euros y 2,2 euros en casos de alta demanda.
La CGT lamenta que no entran nuevos pedidos a los trabajadores y que los pocos que entran están mal pagados. «Los grupos de gloveros en Barcelona están en ebullición. Ya lo advertimos hace tiempo», lamenta el sindicato anarcosindicalista.
Según CGT «Glovo aplica un nuevo modelo de autónomo mucho más precario«. En algunos casos a los trabajadores no se les paga los suplementos que corresponden y, por ende, sus ingresos salariales siguen siendo paupérrimos.
CGT-Riders por la organización sindical y contra la precariedad y el fraude en el sector:
¿El nuevo modelo de Glovo es de falsa autonomía? En nuestra opinión, si. ¿Por qué? Porque existe una dependencia y ajenidad hacia el glovero a través del algoritmo de la empresa. Es lo que determinó el Tribunal Supremo.
Los riders que se encuentran con un contrato laboral tienen mejores condiciones laborales y, estas pueden verse mejoradas, por la negociación colectiva en los comités de empresa o secciones sindicales. Los autónomos no pueden. Asimismo, los riders asalariados tampoco escapan de la precariedad. Se encuentran contratados a través de subcontratas que cometen cesión ilegal de trabajadores. Sino con un contrato directo de empresa pero bajo convenios insuficientes (mensajería).
Respecto a los riders asalariados, hay empresas que si han optado por cumplir con la legislación laboral. Son los casos de Stuart Urban, Just Eat, Geever, Urbit y empresas pequeñas de bicimensajería. Empresas que están amenazadas por la competencia desleal de Glovo y Uber Eats.
Los riders que siguen siendo «autónomos» se han visto perjudicados por los nuevos modelos de autónomo de Glovo y Uber Eats. -Free Login= Más riders conectados que pedidos en curso -Competición entre repartidores= multiplicadores a la baja sino no entran pedidos.
Para terminar, se encuentran los riders alquilados que son compañeros/as que por su situación de irregularidad se ven obligados a trabajar una cuenta de otra persona a cambio de un % de sus ganancias. Fenómeno visto tanto en los «autónomos» como en los asalariados.
En definitiva, la «Ley Rider» no ha solucionado los problemas de raíz de nuestro sector. Los y las riders tendremos que seguir luchando para que nuestros derechos como trabajadores sean reconocidos. Del mismo modo que nuestras condiciones materiales sean mejoradas.
Fuentes CGT-Riders, CGT-STCM y Diario El Salto.