Las dependientas de INDITEX decidimos dar visibilidad a la situación que vivíamos en las tiendas y plantarle cara a la empresa y a las burocracias sindicales CCOO y UGT durante el último trimestre del 2022, en vista de que nuestra situación económica empeoraba cada vez más y más y las trabajadoras de las tiendas nos precipitábamos a la miseria mientras INDITEX no dejaba de ingresar grandes cantidades de dinero y se regocijaba anunciando récord en beneficios y en su solvencia empresarial.
Decidimos dar un paso al frente y unirnos para ejercer la fuerza necesaria en diferentes puntos del país para hacer ver que, si nosotras parábamos, podríamos provocar pérdidas importantes a la empresa y causarles un importante daño en la imagen que nos venden.
Las movilizaciones comenzaron con la victoria de nuestras compañeras de la CIG en A Coruña que consiguieron una subida salarial del 25% y encendieron la mecha para que el resto de trabajadoras nos armásemos de valor.
La lucha se extendió a Madrid, con CGT abanderando las protestas, y poco a poco se contagió a ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla, Logroño, Valladolid… Lo teníamos claro y el despertar de las trabajadoras era imparable. Tanto fue así, que la huelga que teníamos prevista para el 11 de febrero (tras el gran éxito de la huelga que secundamos a nivel estatal el 7 de enero) fue desconvocada ya que INDITEX cedió ante las peticiones que veníamos haciendo desde noviembre: conseguimos mejorar y equiparar nuestros salarios en todo el grupo INDITEX y en todas las comunidades, conseguimos mejoras sociales que disfrutaban nuestros compañeros de logística y en las tiendas no, y conseguimos mejoras en el pago de domingos y festivos.
Es más que evidente que, cuando la clase trabajadora se une y defiende lo que es suyo con uñas y dientes, dejamos de tener miedo y doblegamos a aquellos que nos oprimen y nos empujan a la precariedad; incluyendo a los pseudosindicatos de CCOO y UGT, que lejos de apoyar las movilizaciones, tiraban tierra sobre las compañeras de las tiendas.
Para CGT ha sido todo un orgullo acompañar a las trabajadoras de las tiendas de INDITEX en este camino y haber sido partícipes en un movimiento que, sin duda, ha marcado un antes y un después en la dignidad y la lucha de las personas que trabajamos en las tiendas de INDITEX y esperamos que sea un ejemplo a seguir para que, desde otros sectores, los trabajadores que se encuentren bajo el techo de la precariedad y el malestar en muchas empresas, no se conformen con lo que tienen, mejoren sus condiciones y exijan lo que les corresponde.
La lucha sirve, si la clase trabajadora está unida es muy efectiva y tiene más peso incluso que aquellos con los que no creíamos que podíamos.
¡Unidad y lucha!
Sara
Trabajadora de Zara y sindicalista de CGT.